Entrevista al Dr. Felipe Elorrieta López

Universidad, estadística y compromiso social

El académico Felipe Elorrieta López es Doctor en Estadística y se define a sí mismo como un apasionado por la docencia, rol que cumple a cabalidad en las aulas del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación de la Facultad de Ciencia de la USACH, en paralelo al constante desarrollo de investigaciones vinculadas a la astronomía y la salud.

Con una década de experiencia impartiendo clases en nuestra universidad, en la presente entrevista, el Dr. Felipe Elorrieta nos revela los aspectos más gratificantes de su labor docente, su participación en los exitosos Conversatorios de Estadística y sus impresiones respecto de las investigaciones que ha impulsado, especialmente durante la pandemia del COVID-19, y cómo aquello ha transformado su rol de académico hacia un divulgador comprometido con la sociedad.

¿Cuál fue el momento clave en su vida que lo llevó a dedicarse a la estadística y la investigación?

Siempre tuve el bichito de ser docente, desde chico me gustaba ser profe y enseñar, cuando empecé a estudiar esto, siempre vi a los profes como ejemplo. Cuando terminé de estudiar, me fui a hacer el Magíster en Estadística en la Pontificia Universidad Católica de Chile, siempre con la intención de ser docente. El Magíster lo hice mientras trabajaba en el Instituto Nacional de Estadística, INE. Fue un período bien demandante. Trabajé un año en el INE, y ahí finalmente confirmé que mi camino era la docencia.

¿Cómo describiría su experiencia como profesor de Ingeniería Estadística en la USACH y qué aspectos encuentra más gratificantes en la docencia?

Empecé a hacer clases en la USACH como profesor por hora en 2013, antes de entrar al doctorado. He hecho clases hace ya 10 años, y me llena mucho hacerlo, porque siento que tengo esa conexión con los nuevos estudiantes, lo que te permite mantener ese cuestionamiento actualizado. Las dudas de los estudiantes de hoy ya no son las mismas que tenían los estudiantes de 10 años atrás, entonces ese tipo de cosas me gustan.

Por otra parte, es bueno sentir que a los estudiantes también uno les está dejando algo, cierto cariño por lo que enseñamos. Cuando hago clases me gusta interactuar con los estudiantes y que ellos no sientan miedo de generar cuestionamiento o críticas, porque es parte de la formación. Que no sólo aprendan, sino que también puedan discutir lo que se enseña y generar nuevos aprendizajes.

Los Conversatorios de Estadística que ha organizado parecen tener un buen impacto en los estudiantes que buscan conocer el mundo profesional. ¿Cómo proyecta estas jornadas en el tiempo?

Sí, este 2024 viene el 6to Conversatorio. Una de las cosas bonitas de haber estudiado Ingeniería Estadística es que conozco a muchos ingenieros estadísticos, compañeros, a los que son mayores que yo, o más jóvenes, y eso permite tener esa red de contacto para hacer estas actividades. En la carrera tenemos ese sentido de comunidad y, por otro lado, los egresados tienen muy buena relación con la carrera.

Así fue que nacieron los conversatorios, con la intención que los estudiantes más chicos conozcan a los egresados, quienes comparten su experiencia en la vida laboral. Cuando uno como estudiante está aquí adentro (de la universidad) no se imagina mucho cómo será la vida laboral afuera, entonces esa es la idea del conversatorio, donde los estudiantes también pueden ver que hay distintas líneas laborales. Por eso invitamos a profesionales que hoy trabajan en áreas de seguro, bancos, instituciones públicas, investigación, entre otros.

En lo particular, usted desarrolla estadística aplicada.

Sí, hago investigación en Estadística aplicada; Astroestadística en el Instituto Milenio de Astrofísica (MAS), además de colaborar con el broker chileno para LSST (ALeRCE) y el Centro de Investigación Interdisciplinaria en Astrofísica y Ciencias del Espacio (CIRAS) de la Universidad de Santiago, por medio de análisis de datos astronómicos.

Por otro lado, hago estadística aplicada en salud. Cuando hago charlas en admisión, trato de decir que lo bonito es que la estadística sirve en muchas áreas. Por ejemplo, si te gusta la matemática y la biología, entonces te recomiendo estadística aplicada en salud; si te gusta matemática y física, puedes hacer estadística aplicada en astronomía. Eso es lo bonito de estudiar esta carrera y así es como invito a los jóvenes a poder seguirla.

A propósito de estadística aplicada en salud, usted ha sido reconocido por su investigación en contexto de COVID-19, ¿cómo vivió la época álgida de la pandemia?

A fines del 2019 hicimos un proyecto VIME con el Ministerio de Salud, Minsal, y lo adjudicamos para hacer investigación sobre influenza, pero cuando partió el proyecto también comenzó la pandemia. El rol del ministerio era colaborar con los datos, pero como comenzó la pandemia se cerró todo eso. El Ministro de ese momento decidió no entregar ningún dato y tuvimos que reinventarnos. Los datos comenzaron a ser públicos, y eso nos permitió hacer toda esta vigilancia diaria de los datos en el primer año. Quisimos aportar a comunicar mejor los resultados del Covid, a partir del buen uso de los métodos estadísticos con un equipo multidisciplinario. Así fue que participamos en la discusión pública del primer y segundo año de la pandemia.

¿Lo llamaron de muchos lados?

Sí, fue bastante loco, porque no lo esperábamos. La Vicerrectoría de Vinculación con el Medio, VIME, nos apoyó harto e incentivó a participar. Recuerdo que hicimos una columna publicada en CIPER y ahí nos comenzaron a llamar de Radio USACH, Canal 13 y empezó a crecer cada vez más. En la columna, criticábamos al Ministro cuando decía en un momento que la pandemia estaba controlada, sin embargo demostramos que se venían muchos más contagios. Luego pudimos definir criterios para determinar si venía o no una ola de contagio, y ya después nos llamaban para conocer la temperatura de los contagios a nivel diario.

Es decir, se convirtieron en una voz autorizada.

Claro. Entonces nos preguntaban sobre los peaks, número de contagios, y pronósticos generalmente. A partir de ahí, participamos en muchos medios de comunicación. Fue una experiencia bien distinta a lo que uno hace de manera regular, porque cuando uno hace investigación la hace en dentro de una oficina sin mucha relación con el entorno. Entonces, lo bonito de esto es que lo que estábamos investigando, lo estábamos también comunicando. Entonces pasamos la barrera de la investigación a ser divulgadores de ciencia. Fue muy enriquecedor.

Desde la mirada estadística, ¿qué nos enseñó la pandemia?

Primero, la importancia de tener muchos datos para poder analizar, además de la relevancia de la interdisciplina. Es decir, entender cómo las distintas áreas tienen que conversar para poder generar una discusión mucho más enriquecedora.

Bueno, el COVID no se ha ido aún del todo. ¿Cómo percibe hoy la situación?

Todavía el Covid sigue, pero ya hay muchas formas de controlarlo. Tenemos las vacunas, por lo tanto, ya pasó a ser un tema de menor relevancia y además ya es momento de volver a vivir. Las personas tienen derecho a hacer sus vidas normales.

Aunque, eso sí, es importante poder mirar atrás. Ver lo que se hizo bien o mal para aprender y que no vuelva a pasar. Por ejemplo, vimos cómo el Covid, sobretodo el primer año, impactó desigualmente en la población, donde la mortalidad fue desigualmente distribuida, entonces ese tipo de cosas uno tiene que evidenciarlas para poder trabajarlas de manera estructural, porque esta no será la última pandemia de la historia. Entonces eso me motiva poder estudiar hoy.

En otras publicaciones, usted ha mencionado que ser parte de la USACH es un privilegio. ¿Qué aspectos de la institución valora más y cómo siente que impactan en su labor como académico?

Tengo cariño por la USACH desde que entré, porque es una universidad con historia. Tiene toda una carga emocional hacia atrás, por ejemplo, con la figura de Víctor Jara. La USACH me genera mucha motivación, porque tiene una responsabilidad social muy importante y me gusta mucho la libertad que hay en todo sentido. Además, del apoyo en investigación, aquí en la USACH, te mueves por el campus con total libertad y te puedes comunicar con total libertad. Creo que el apoyo en Vinculación con el Medio ha sido una de las mejores cosas que se han hecho, con una Vicerrectoría que ha crecido mucho, porque como académicos, investigamos para comunicar a la sociedad nuestros hallazgos.

¿Qué expectativas tiene para este 2024?

Lo veo como un año de reinvención. La idea siempre es formar alumnos, predicando con el ejemplo, siendo una persona que se va especializando constantemente y comunicando las cosas que hace. En ese sentido, me interesa postular proyectos en astronomía que me permitan poder seguir proponiendo métodos estadísticos para estudiar objetos astronómicos, y en paralelo continuar estudiando el tema de las inequidades en el área de la salud.