Entrevista a Dra. en Física Dora Altbir Drullinsky

“Sólo la participación amplia y activa de mujeres en ciencia permitirá que Chile transite hacia una economía del conocimiento”.

Fue en 2019 cuando la Doctora en Física, Dora Altbir Drullinsky, recibió el Premio Nacional de Ciencias Exactas, por su valioso aporte al desarrollo a la nanotecnología, área de conocimiento donde hoy se desempeña como Directora del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología (CEDENNA) de la Usach.

En paralelo, la académica ha marcado una importante presencia en la lucha por derribar estereotipos de género, lo que fue reconocido con una distinción que le entregó la presidenta Michelle Bachelet en marzo de 2019. En el Mes de la Mujer, la Dra. Dora Altbir, nos presenta su mirada en torno a esta relevante arista para el desarrollo científico.

¿Cómo percibe actualmente la participación de la mujer en la ciencia?

Aún cuando hemos avanzado en la incorporación de la mujer en distintas áreas, todavía queda mucho camino por recorrer, especialmente entre quienes elegimos el sendero de la ciencia y la tecnología. Esto se evidencia en la participación de mujeres en investigación, que no llega al 35%, alcanzando apenas la mediana entre los países de la OECD. Pero aún más severa es la situación en disciplinas STEM. Si miramos a los egresados de carreras de pregrado en áreas STEM, solo un 19% de estos son mujeres, lo que sitúa a nuestro país en la última posición entre los países de la OECD, los que exhiben una media de un 32%.

Ud. se ha destacado por impulsar acciones para derribar estereotipos de género. En ese sentido, ¿Cuál estima que son los avances y desafíos más sustanciales en torno a ese ámbito?

Ciertamente estamos al debe en términos de asegurar una participación amplia de las mujeres en todos los ámbitos. Particularmente en ciencia, es importante recordar que sólo en 2007 - por primera vez en una Universidad del país- logramos que se diera cobertura y financiamiento a los periodos de pre y post natal de las becarias de doctorado y postdoctorado, manteniendo el mismo monto de subsidio mensual que se les paga durante la vigencia de su beca.

Esta iniciativa fue propuesta desde la USACH y adoptada posteriormente por CONICYT, beneficiando a las becarias de doctorado e investigadoras responsables de proyectos Fondecyt de Postdoctorado desde hace ya 14 años, convirtiéndose en un importante legado para futuras generaciones. Esto que hoy nos parece obvio, sólo se hizo realidad hace menos de dos décadas.

Para seguir avanzando en un acceso equitativo de las mujeres se deben considerar múltiples variables. Una de ellas es precisamente remover conceptos culturales aún muy arraigados e internalizados en nuestra sociedad y, junto con ello, mostrar que las mujeres podemos aportar en todos los niveles y ambientes en que lo deseemos, en todas las áreas que nos interesen, en la ejecución y en la dirección, en el pregrado y en el postgrado. Pero este tan necesario cambio cultural debe iniciarse en el hogar y en el colegio, con colores, juegos y cursos en que no hagamos distinciones de género, brindando las mismas oportunidades a todos, con total equidad.

Las instituciones también deben hacer un esfuerzo adicional para visibilizar a las mujeres, estableciendo mentorías orientadas tanto a niñas que muestren interés por la ciencia en los colegios como a estudiantes de pre y postgrado de carreras científicas en áreas en las que las mujeres están subrepresentadas.

Medidas simples como algunas que hemos tomado en nuestro centro, como, por ejemplo, un enfoque en resultados más que en el cumplimiento de horarios, ha hecho posible que -a pesar de que Cedenna es un centro STEM- tengamos hoy un 51% de alumnas, alcanzando un porcentaje de participación femenina inédito en el país.

¿Qué mensaje le enviaría a la comunidad universitaria en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer?

En momentos en que la contribución de las universidades es cada vez más relevante y reconocida en el desarrollo de Chile, las casas de estudio no pueden perder el potencial enorme de las niñas y mujeres que aman la ciencia, las humanidades y el arte. Todas deben tener las oportunidades de crecer sin por ello dejar de desarrollar sus intereses personales.

Debemos considerar esta creciente participación como avances imprescindibles y relevantes para nuestro futuro y no sólo como una moda pasajera. Sólo la participación amplia y activa de las mujeres en ciencia y tecnología permitirá que Chile efectivamente pueda transitar hacia una economía del conocimiento, que es el camino que finalmente nos permitirá alcanzar el tan anhelado desarrollo, con mayor bienestar y equidad.